Actualmente, existen en el mercado infinidad de tipos de aparatos calefactores. Radiadores halógenos, calefactores cerámicos, estufas de gas o emisores térmicos son solo algunos de ellos. Sin embargo, el preferido por los españoles, con diferencia, sigue siendo el brasero eléctrico, un aparato sencillo, pero de gran eficacia y eficiencia.
Hasta hace unas décadas, en los hogares españoles era habitual usar braseros de carbón. Debido a su peligrosidad, dejaron de usarse y fueron sustituidos por los eléctricos. Los primeros modelos consumían mucha electricidad y no solían contar con termostato. Los braseros actuales, en cambio, se caracterizan por su bajo consumo y su versatilidad.
Lo más importante
- Aunque no son el sistema de calefacción más eficiente, los braseros eléctricos son la solución ideal para calentar pequeños espacios. Son aparatos sencillos, compuestos por una o dos resistencias que, al ponerse incandescentes, generan calor. Entre sus ventajas destacan su precio, su bajo consumo y la rapidez en producir un calor continuo y agradable.
- Al tener elementos al rojo vivo, deberemos observar ciertas precauciones al usar un brasero. La más importante es no dejarlos nunca sin vigilancia, ya que podría producirse un incendio. Para sacar el máximo partido a un brasero eléctrico, lo mejor es meterlo debajo de un escritorio o de una mesa camilla con faldón.
- Los braseros son aparatos sencillos y económicos, pero es necesario tener en cuenta ciertos factores en su elección. Elementos clave son el número de resistencias que tenga, así como la posibilidad de elegir la potencia mediante interruptores o diales. Las medidas de seguridad de las que disponga o la longitud del cable también son importantes.
Los mejores braseros eléctricos: nuestros favoritos
En los meses fríos, hay ocasiones en las que incluso el aire acondicionado se nos queda corto. En esos días, lo mejor es sentarse alrededor de la mesa camilla con un buen brasero eléctrico debajo. Para ayudarte en tu elección, hemos seleccionado cinco modelos de los mejor valorados por compradores online.
El brasero eléctrico mejor valorado
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Este brasero eléctrico de dos resistencias dispone de tres intensidades distintas: 400, 500 y 900 W (vatios). Se seleccionan con dos interruptores situados en la parte superior del aparato.
Aunque no dispone de termostato como tal, es fácil ajustar la intensidad calorífica con sus interruptores. Además, tiene el tamaño estándar para encajar perfectamente en el hueco de la tarima de la mesa camilla. Los compradores destacan la rapidez en calentarse y su fácil uso.
El mejor brasero eléctrico de calor negro
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Gracias al modo calor negro, este brasero es capaz de elevar agradablemente la temperatura incluso con un consumo mínimo de energía. Dispone de una resistencia doble, que permite hasta cuatro intensidades de calor distintas: 250, 500, 700 y 900 W.
Incluye un cable bastante largo (2,5 m) y tres pequeñas patas para apoyarlo en el suelo. Para apagarlo es preciso desenchufarlo, ya que sus dos interruptores solo sirven para elegir la potencia.
El brasero eléctrico más compacto
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Este brasero tiene un diseño distinto a lo habitual, ya que es cilíndrico, con un gancho en su parte superior para colgar. Tiene una sola resistencia, con 400 W de potencia, y un selector de temperatura máxima y mínima.
Los usuarios destacan de este brasero su bajo consumo, ya que calienta bastante incluso a baja potencia (180 W). Ideal para los que buscan un equilibrio entre potencia calorífica y gasto eléctrico en los meses más fríos.
El brasero eléctrico con mejor relación calidad-precio
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De la marca Orbegozo, este brasero eléctrico dispone de dos resistencias blindadas. Tiene dos niveles de potencia, 900 y 400 W, seleccionables mediante un interruptor de dos posiciones. Incorpora dos asas, por lo que es posible moverlo sin quemarse.
Ese brasero viene con cable de alimentación de 1,60 m, lo que puede ser algo corto. Los usuarios también señalan que para apagarlo es necesario desenchufarlo, no es posible hacerlo con el interruptor.
El mejor brasero eléctrico con ventilador
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Este brasero se distingue del resto porque incorpora un ventilador para difundir mejor el calor. Al mismo tiempo, la temperatura del chasis también se reduce. Dispone de sistema antiincendios, de modo que el brasero se desconecta si se cubre accidentalmente.
Incluye un selector con tres posiciones de calor, 450, 500 y 950 W, y unos más que suficientes 3 m de cable. Los usuarios únicamente se quejan de que el ventilador es algo ruidoso.
Guía de compras: Lo que debes saber sobre los braseros eléctricos
Los braseros eléctricos son la forma más rápida y económica de mantenernos calentitos. Son más asequibles que otros sistemas de calefacción y su utilización no supone mayores complicaciones. No obstante, no está de más aclarar algunas cuestiones relativas a su funcionamiento, consumo y seguridad, entre otras.
¿Qué es un brasero eléctrico?
Ante la gran variedad existente de aparatos de calefacción es necesario definir qué es exactamente un brasero eléctrico. Son electrodomésticos de diseño sencillo, compuestos principalmente de una o dos resistencia, normalmente de acero. Dichas resistencias son las que producen la radiación térmica.
Las dos resistencias son independientes, de modo que es posible encenderlas o apagarlas para controlar la intensidad de la temperatura. El cuerpo metálico del brasero está diseñado para no calentarse en exceso, aunque un contacto prolongado con el metal puede producir quemaduras. Algunos modelos cuentan con termostato y protección antiincendios.
¿Por qué elegir un brasero eléctrico?
A estas alturas, deberías estar convencido acerca de las bondades de los braseros eléctricos. No obstante, vamos a hacer un poco más hincapié en ellas.
- Precio. Los braseros eléctricos son muy asequibles, pues no suelen superar los 30 o 35 euros. Su bajo precio se debe a que son aparatos bastante sencillos, y a que no tienen partes móviles ni componentes electrónicos.
- Ideal para pequeños espacios. Son la mejor manera de calentar habitaciones pequeñas o para meter debajo de una mesa camilla. Con ellos, puedes tener los pies calientes incluso cuando la temperatura de la habitación sea mínima.
- Gran potencia calorífica. Casi todos los braseros cuentan con un selector de potencia para elegir la temperatura deseada. En ocasiones, la potencia mínima es más que suficiente para mantener una temperatura adecuada.
- Bajo consumo. Gracias a que es posible seleccionar la potencia, podemos mantener a raya el consumo eléctrico. Algunos modelos cuentan con termostato, que apaga el aparato cuando se alcanza la temperatura deseada.
- Seguridad. Los actuales braseros están diseñados para evitar quemaduras debido a que las resistencias están muy protegidas. Además, algunos modelos cuentan con sistemas antincendios.
- Uso sencillo. Al no tener piezas móviles ni complicados mecanismos, los braseros son muy fáciles de usar. La mayoría solo dispone de uno o dos interruptores para elegir la potencia.
- Ligeros. Los braseros eléctricos son aparatos de poco peso, fácilmente transportables de un lado a otro del hogar.
- Limpios. Los braseros eléctricos no producen residuos de ningún tipo. Tampoco enrarecen el aire de la estancia, como sí ocurre con los termoventiladores.
¿Cómo sacar el máximo provecho a un brasero eléctrico?
Los braseros no están pensados para calentar habitaciones grandes. Su forma de producir e irradiar el calor los hace más eficaces en espacios pequeños. Para aprovechar su calor al máximo, puedes colocarlo bajo el escritorio o bajo la mesa camilla. Este mueble, tradicionalmente español, consiste en una mesa de madera cubierta con una tela gruesa.
La mesa camilla puede ser redonda o rectangular, y suele incorporar una tarima de madera con un agujero para encajar el brasero. Antiguamente, las familias españolas se calentaban sentadas alrededor de la mesa camilla. Los braseros eran de brasas de carbón. Su peligrosidad los hizo desaparecer, siendo sustituidos por los modernos y eficientes braseros eléctricos.
¿Qué precauciones tomar con un brasero eléctrico?
Aunque los braseros eléctricos son aparatos bastante seguros, es conveniente respetar una serie de recomendaciones para evitar riesgos.
- Vigilancia constante. Los braseros tienen elementos incandescentes —las resistencias—, que pueden provocar incendios si entran en contacto con telas u otros materiales. Por ello, debemos extremar las precauciones y no dejarlos nunca encendidos sin vigilancia.
- Objetos y pelusas. Al colocar el brasero sobre el suelo o la tarima de una mesa camilla, deberemos vigilar que no haya pelusas, papeles ni demás objetos que puedan arder.
- Ventilación. Cuando usemos un brasero eléctrico, es aconsejable dejar siempre una ventana o puerta medio abierta para que se renueve el aire.
- Inspeccionar el aparato. De vez en cuando, es aconsejable comprobar que el brasero no tenga piezas sueltas ni rotas. Son partes esenciales el cable de alimentación, las resistencias y los interruptores de potencia.
- No cubrir el aparato. Nunca cubriremos el brasero, ni lo usaremos para secar ropa. Si lo metemos bajo la mesa camilla, hay que asegurarse de dejar varios centímetros entre el suelo y la funda de tela. Con ello se favorece la ventilación y se evita que la tela, al arrastrar, pueda entrar en contacto con el brasero.
- Nunca para dormir. Nunca dejes encendido el brasero mientras duermes. Si crees que vas a quedarte dormido sentado en el sofá, desenchúfalo.
¿Cómo funciona un brasero eléctrico con termostato?
La mayoría de los braseros eléctricos dispone de un dial o interruptor para seleccionar la potencia. Son modelos en los que no es posible seleccionar una determinada temperatura a la que el aparato debe apagarse. En el caso de los braseros con termostato regulable, estos se apagan al alcanzar el calor deseado y se encienden cuando la temperatura vuelve a descender.
Los braseros con termostato ahorran más energía que el resto, ya que no necesitan estar constantemente encendidos para mantener la temperatura. No obstante, los braseros eléctricos pierden rápidamente el calor, por lo que no tardan mucho tiempo en volver a encenderse. Hay personas que prefieren los braseros sin termostato, pues les gusta un calor continuo y sin cortes.
¿Qué es un brasero eléctrico de calor negro?
El calor negro se produce cuando la resistencia de un brasero se calienta sin llegar a ponerse al rojo vivo. Esto se produce solo a baja potencia, aproximadamente a los 250 W, con el consiguiente ahorro energético. Este tipo de calor está especialmente indicado cuando no hace demasiado frío en el ambiente, pero apetece tener los pies calientes.
Criterios de compra
Los braseros eléctricos son aparatos sencillos, pero tremendamente eficaces. Dada su simplicidad, no existen muchos tipos diferentes donde elegir. No obstante, deberemos comprobar una serie de factores antes de decidirnos por el más adecuado.
- Potencia
- Resistencias
- Ubicación
- Calor negro
- Interruptores
- Sistemas de seguridad
- Longitud del cable
- Termostato
Potencia
La práctica totalidad de los braseros del mercado tienen niveles de potencia que oscilan entre los 250 y los 900 W. No vas a encontrar ninguno con una potencia superior, ya que no lo necesitan para calentar eficazmente espacios pequeños. Como regla general, 10 W de potencia pueden calentar un metro cuadrado. Por tanto, un brasero de 900 W sería capaz de calentar 9 m2.
Al encender el brasero, podemos elegir la potencia máxima. Una vez que la habitación o la mesa camilla estén a la temperatura deseada, bajaremos el brasero a una potencia inferior para reducir el consumo. También podemos encenderlo al mínimo e ir subiendo la potencia conforme vayamos necesitándolo. Algunos modelos tienen hasta cuatro potencias.
Resistencias
Un brasero realmente eficiente deberá tener, como mínimo, dos resistencias. De este modo, podremos seleccionar la temperatura más adecuada y ajustar el consumo eléctrico al máximo. Las resistencias deben ser de acero, a ser posible blindadas, más duraderas y eficaces que las fabricadas de otros materiales.
Ubicación
Los braseros eléctricos están pensados para calentar estancias pequeñas. Normalmente, se colocan debajo de escritorios, mesas de estudio y mesas de salita, lugares recogidos donde se conserva mejor el calor. Están diseñados para colocarse en el suelo o sobre la tarima de madera de una mesa camilla. Algunos modelos cuentan con un gancho para colgar debajo de la mesa.
Calor negro
Los braseros que menos consumen son los de calor negro, capaces de calentar incluso sin necesidad de que las resistencias se pongan al rojo vivo, de ahí su nombre. Este fenómeno se da a baja potencia, por lo que el consumo eléctrico también es menor. De entre todos los tipos de braseros, los de calor negro son los que ofrecen un mayor equilibrio entre eficacia y consumo.
Interruptores
Es importante que el brasero cuente con un dial o un interruptor para seleccionar la potencia. De este modo, podrás adecuarla a la temperatura de la estancia y no derrochar energía. Comprueba que los interruptores tengan pilotos luminosos, ya que, en ocasiones, es difícil saber qué resistencia está encendida.
Sistemas de seguridad
Considera elegir un brasero con protección contra el sobrecalentamiento, el cual desconecta el aparato en caso de que la temperatura del mismo suba anormalmente. También existen modelos con sistema antincendios. Este sistema hace que el brasero se desconecte si detecta que cualquier tela ha entrado en contacto con el aparato, como el faldón de la mesa camilla.
Longitud del cable
Al adquirir un brasero, podemos encontrarnos con la sorpresa de que su cable de alimentación sea demasiado corto. La mayoría trae cables de entre 1 y 1,5 m de longitud, aunque lo ideal es que sean de 3 m. Si eliges un brasero con un cable demasiado corto, deberás comprar, además, una extensión o alargadera que te costará, como poco, unos 15 o 20 €.
Termostato
Existen braseros que disponen de termostato, muy útil para ahorrar energía. Este dispositivo hace que el aparato se apague alcanzada una determinada temperatura, para volverse a encender cuando baja de nuevo. No obstante, ello puede hacer que el brasero se encienda y se apague continuamente, lo que nos obligará a cambiar la temperatura del termostato cada poco tiempo.
Resumen
Los braseros eléctricos son el complemento ideal para calentar nuestro hogar. Aunque no sirvan para estancias grandes, pueden mantenernos calientes en espacios pequeños, como en una mesa camilla. Son aparatos sencillos y al alcance de cualquier bolsillo, de ahí que hayan sido el sistema de calefacción preferido por las familias españolas durante décadas.
Los braseros eléctricos ofrecen numerosas ventajas, como la rapidez en calentar o su limpieza. No obstante, deberemos observar ciertas precauciones, ya que su calor se basa en resistencias al rojo vivo. Al elegir un brasero, deberemos tener presentes factores como el número de resistencias, los interruptores o sus elementos de seguridad.
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